Vista Medina
Titulo
Villa histórica, monumental, escultórica y paisajística
Villa de las Ferias

Anterior documento Anterior documento

XIII - ECONOMÍA: PAN Y POSITO

132. - Alhóndiga.- 133. - Constitución delk Pósito.- 134. - Años estériles.- 135. - Tahonsa y Panaderas.- 136. - El Zapardiel y los molinos.- 137. - Racionamiento.- 138. - Mala administración.- 139. - Años normales.-

_________________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

132. - Alhóndiga.-

La política de abastecimientos es médula de bienestar de un pueblo, y como pan es base del sustento popular, la provisión de este precioso mantenimiento constituyó siempre preocupación primordial de reyes y regidores.

La gran afluencia de feriantes, gente de ordinario adinerada, encareció a veces el pan de modo extraordinario, y provocó a veces la falta de tan socorrido alimento. Para regular el precio y, sobre todo, asegurar el aprovisionamiento, pidió este Concejo licencia a los Reyes Católicos en 1502, para hacer una alhóndiga pública, en que se vendiese todo el pan en grano o en harina, garantizando el peso de las medidas. Una Real Cédula dada en Toro en 31 de agosto de aquel año, facultaba al Concejo para gastar de sus rentas 90.000 maravedises en ejecución de la misma. En ella había de venderse el trigo y cebada, sin consentir a los regatones revenderlo, ni a los mesoneros cobrar más precio que el estipulado por la Alhóndiga (1).

El 17 de diciembre de 1553 promulgó el Concejo nuevas ordenanzas por las que conocemos al detalle el funcionamiento de esta institución, procursora de los pósitos. Dos mayordomos la administración, uno elegido por el Concejo y otro por los contribuyentes, renovados anualmente, sin poder ser reelegidos hasta pasar tres años. Tenía tres llaves diferentes, una cada mayordomo y otra el regidor-comisario, también designado anualmente. Había tres medias, herradas y selladas, con las que había de medirse el grano al entrar y al salir. Únicamente podría podía prestarse el grano cuando su calidad exigía ser renovado, y no más que tres cargas por vecino, a condición de ser devuelto por Sta. María de Agosto; lo vendido había de ser cobrado por Sta. María de Septiembre, quedando a riesgo de los mayordomos las partidas fallidas. Los mayordomos con el regidor-comisariovenían obligados a examinar mensualmente todos los trojes, a fin de poner siempre los oportunos remedios, siendo de su riesgo los no denunciados. El Consejo, por libramiento acordado, autorizaba la venta, previo público pregón, con determinación de cantidad y precio, y ningún vecino más de media carga por mes, escribiéndose la cantidad, el precio y el comprador en sendos libros que tenían los mayordomos y el escribano del Concejo. "Si acaeciere valer la carga de trigo a treinta realese dende arriba, no se puede vender en un día más de treinta cargas... e solo a vecinos de la villa o a panaderas que lo masen para venderlo en la plaza". El mandato de comprar trigo emanaba también de acuerdo del Concejo, y el mayordomo encargado de ello había de presentar un testimonio de escribano público acreditando las circunstancias de a quién, cuanto, cuando, donde y a qué precio compró, "e lo que de otra manera comprare no se le recibirá..., y demás dello no pueda comprar ningún pan para sí ni para persona ninguna... so pena de perdello... y sea para la alhóndiga... E porque los depósitos de pan han de ser reservados para o tocar en el dinero ni pan dello, por necesidades que se ofrezcan ni deudas que se deban... ningún juez pueda hacer ejecución en ello por ninguna deba que deba la dicha villa, ni en ello se pueda librar ni tomar prestado para ninguna cosa que no sea aumento u beneficio del... Y el dinero que hiciesen cada semana, cuando se vendiere el pan, cada domingo por la tarde sean obligados de illo a echar en el arca questá en el monasterio de San Francisco... con cuatro llaves... la una que tenga la justicia y la otra el regidor-comisario y las otras dos los mayordomos". dando de todo testimonio el escribano.

Es probable que la acreditadísima picardía humana burlaría todavía ordenanzas tan escrupulosamente previsoras, pero hemos de reconocer a aplaudir el celo y el ingenio desplegado por aquellos buenos regidores para asegurar a los medinenses el pan nuestro de cada día.

En un plano más elevado velaban con idéntico propósito los Reyes. En el auto consistorial del 15 de febrero de 1557, leemos una Real Provisión que parece una página de la historia que estamos viviendo. En ella se reconocía como causa de la carestía el acaparamiento del trigo por particulares, eclesiásticos y seglares que "por codicia lo tenían recogido y no lo sacaban a vender, viendo subir de cada día el precio" aunque faltase el pan en la plaza. Para poner remedio mandaba que se comprase gran cantidad de trigo, buscando los dineros necesarios, para venderlo en grano o en pan cocido a precios moderados, "No teniendo fin a ganancia o pérdida, sino a la buena provisión" . Daba facultad para requisar el grano preciso pangando el justo precio y dejándoles a los tenedores lo necesario para provisión de sus casas por un año.

_________________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

133. - Constitución del Pósito.-

Esta Real Provisión sirvió de precedente para la constitución, en 1576, el Pósito, granero o panera comunal, donde, con 14.000 ducados tomados a censo, se hacía en el mes de agosto el acopio prudencial del trigo para proveer de pan en los meses de mayor necesidad, y a veces prestar simientes a los labradores necesitados. Los beneficios, pues, el Pósito había de pagar el valor del pan acrecentando por los réditos de los censos y los gastos de una administración austera, separada de la propiamente municipal. En cambio quedaban regularmente a salvo de la extremada carestía que llevó en ocasiones al hambre y la muerte a muchos hogares.

Este acopio de trigo se hizode ordinario en los lugares de la propia comarca, que habían merecido, conforme al testimonio de Clemencín, que la Reina Católica la llamara panera de Castilla, pero que evidentemente había dejado de serlo a finales del siglo XVI porque, en años estériles, la compra de trigo se hizo en Tierra de Campos y Burgos, y aún en Almazán, Sigüenza, Yébenes y otros pueblos de las provincias de Soria, Guadalajara y Toledo. Entonces los salarios de compradores y gastos de trajinería constituían un sobreprecio considerable. Dos millones se pagaron por estos conceptos en 1576 para traerlo de Toledo, cobrando los carreteros a razón de diez maravedises por fanega y legua.

_________________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

134. - Años estériles.-

No ofrecía grandes dificultades la administración del Pósito en años normales, pero sí eran considerables las que se presentaban cuando una cosecha fértil y prematura seguía a otra u otras estériles. Asñi sucedió el año 1600. El 4 de agosto de 1598 decía el comisario del trigo: "He recorrido Arévalo, Coca, Guareña, Ávila y no he podido comprar más de cien fanegas de trigo; hay poco en la villa y en diez leguas a la redonda, y por esto se teme una gran carestía...; será necesario dar pan cocido desde primero de enero, para lo que es muy poco el caudal del Pósito, catorce mil ducados; hsay que tomar otros seis mil a censo, todos los cuales parecen pocos por lo costoso del porte, por ser haber de traer el trigo de Osma y tierra de Soria... y serán necesarias cuatro mil cargas" .Efectivamente, la cantidad comprada aquel año superó esa cifra. Siguió la cosecha del año 1599 que también fue escasa, y para su provisión hicieron el correspondiente acopio. Al llegar junio de 1600 se encontraron con un superávit de dos mil cargas y en perspectiva una cosecha abundante. Quisieron enajenarlo rápidamente al precio del coste, y como nadie lo tomaba al contado, propusieron venderlo al fiado con sobreprecio, presentándose entonces a su conciencia timorada el problema de la licitud de la operación. Consultado el caso de moral con los priores de los conventos, éstos se mostraron rigoristas en sus respuestas, asegurando que de ninguna manera podían vender al fiado más caro que el precio corriente en la plaza, y que era preferible la pérdida del Pósito al menoscabo de los necesitados. Este criterio triunfó de primera intención, acordando cederlo a vecinos abonados con buenas fianzas, y como no encontraron quien así lo aceptara, resolvieron repartirlo "entre todos los vecinos, sin reservar a naide la cantidad conforme a sus caudales y haciendas... y después de haberlo recibido lo paguen luego de contado (2).

Otros conflictos semejantes se presentaron al correr del tiempo, revistiendo particular gravedad el de 1754. En el inmediaton anterior lo pasaron con angustiosa estrechez por mala cosecha e insuficiente acopio, y escarmentados, pusieron las mayores diligencias en hacer provisión abundante para librarse del fantasma del hambre. A este fin rebañaron los depósitos pecuniarios existentes en instituciones piadosas y hospitales, tomándolos a empréstito, y adquirieron al precio de 32 reales fanega la cantidad calculada. No se informaron debidamente sobre la cosecha habida en la comarca, porque desde el mes de enero comenzaron a venir panaderas que vendían más barato. Para dar salida a las existencias prohibieron este venta, y hasta pusieron celadores que la impidieran, pero en vano; la diferencia de precio era considerable y burlando la vigilancia llegaba a las casas menos necesitadas, mientras que los menesterosos clamaban porque solo ellos pagaban el pan caro. El resultado fue que, llegaba la nueva cosecha, tan abundante que el precio bajó a ocho reales, tenía el Pósito una existencia de 8.361 fanegas, sin poder devolver las cantidades recabidas a préstamo. Una moratoria concedida por Real Provisión, para pagar a los acreedores y renobar el trigo hasta que se ofreciera la oportunidad de vender con menos pérdidas, alivió el daño que fue grande.

_________________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

135. - Tahonas y panaderas.-

Una circunstancia no debe ser olvidada. El 5 de marzo de 1740 pedía un vecino ciertas garantías para establecer dos tahonas "porque desmayaría pretender, sin ellas, establecer tahonas en una población que no las ha tenido en los dos siglos últimos" Las garantías solcitadas eran: monopolio por veinte años; exención de alojamientos por haber de traer obreros hábiles que aquí no los había; libertad para tener en las dehesas doce caballerías necesarias al efecto; preferencia en la compra de ramera en los pinares de la villa. No hubo, pues, tahonas en Medina y la provisión de pan se hacía por forasteros procedentes de Pozaldez y de pueblos de allende el Duero, Castrodeza y Velliza particularmente.

Es curioso observar que en las ordenanzas pertinentes nunca se habla de panaderos, sino de panaderas, y presumo que Moraleja de las Panaderas debe este sobrenombre al hecho de proceder de allí, algún tiempo, quienes nos traían el preciado sustento.

Cuando el Pósito, agotadas las provisiones particulares, suministraba trigo para el mantenimiento popular, --solía ser desde enero hasta la recolección-- contrataba con las panaderas la entrega de grano para su retorno en pan cocido, a base del siguiente cálculo: 27 panes de cuartel (dos libras y media) por fanega, si el trigo era de calidad corriente, bajando o subiendo el número de panes cuando la calidad desmerecía o mejoraba.

_________________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

136. - El Zapardiel y los molinos.-

De escarmentados sales los avisados y para prevenirse de las jugarretas del Zapardiel que alguna vez incomunicó a la villa con los pueblos de dode venía el maná en forma de medianas, era habitual un acuerdo como el que sigue del 22 de octubre de 1681: "Que del trigo del Pósito se entreguen por el depositario cincuenta cargas de trigo... y se lleven a moler y hacer harina a los molinos o aceñas que les pareciere y las traigan... para que repartan por su cuenta entre los vecinos que se acostumbra... para que las tengan de manifiesto a la ley de depósito para entregarlas para amasar, vender y dar en pan cocido a los pobres vecinos desta villa en caso de falta de pan por avenidas de los ríos o yelo en el invierno".

A cambio de estos disgustos dados por el Zapardiel, no dio, por su natural raquitismo, fuerza motriz suficiente para establecer aceñas en sus márgenes. Sin embargo se intentó algunas veces con menguados resultados, como no podía menos. En el siglo XV existió un molino que en 1531 poseía el prior de la Colegial D. Diego Fernández Morejón (3). El 18 de septiembre de 1634, Miguel de Cenarros solicita licencia para hacer molinos y en 30 de junio del año siguiente dicen los regidores: "De (ilegible) años a esta parte no ha habido molinos en la ribera del Zapardiel, y los vecinos iban a moler dos o tres leguas con mucha costa, y que de hacerse los dichos molinos, como los va haciendo dicho Antonio Cenarros, es de mucho útil... porque abaratará el pan, así como por tal comodidad de la molienda masarán los particulares en su casa, como porque las panaderas, con dicha comodidad, venderán más barato...; demás que los tres, según el que está fabricando, costarán seis mil ducados..." De dos de estos molinos --creo que no llegó a fabricarse el tercero-- han quedado vestigios. El titulado de tejada, por haber pertenecido al marqués del mismo título, frente a los Mártires, y un kilómetro aguas arriba, el de Lobato.

_________________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

137. - Racionamiento.-

A pesar de las solícitas previsiones de los regidores, llegaron circunstancias que impusieron el racionamiento. Tal aconteció en el referido año de 1754, en el cual se tomó la providencia de repartir el pueblo en cuarteles y dar "con igual equidad a razón de medio pan por persona", tomando el corregidor juramento a los vecinos guardadores del trigo "con apercibimiento que si después se justificare lo contrario... se procederá contra ellos como perjuros". El medio pan de referencia equivalía a 575 gramos, ración que envidiamos los sometidos actualmente a una tercera parte.

En tiempos anteriores se practicó otro racionamiento menos equitativo por afectar, a lo que parece, a las familias y no a los individuos. Así en 15 de febrero de 1651: "Que desde primero de marzo se vaya dando el pan de socorro, seis cargas y una fanega cada día, que hacen 700 panes, y que al que más, se le den dos panes, para que solo los pobres seis beneficiados, guardando el orden de sus feligresías que han dado sus curas y el precio de veinticinco mrs., cuartal". Integrando entonces la población unos 800 vecinos, resulta que aproximadamente la mitad eran tenidos por pobres.

_________________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

138. - Mala administración.-

Tuvo el Pósito en ocasiones pésimos administradores que motivaron situaciones catastróficas. Tal la de 1631. Presagio de invierno calamitoso eran estas palabras de la sesión del 26 de octubre de 1630: "Se ha llamado para efecto del pan de la gente forastera y vagante y reparo de los pobres, por morir como mueren muchos...". Razón suficiente tenían los regidores para que hubiesen arbitrado con inteligente celo recursos convenientes. Alegres y confiados no lo hicieron y el 16 de mayo de 1631 llegó a ésta D. Juan Frías, enviado por el Consejo Real para visitar los pueblos de Castilla la Vieja. Halló el Pósito "consumado y no cobradas las deudas dél, y la poca prevención hecha... de que se ha seguido la mucha necesidad que padecen los vecinos desta villa... vendiendo el pan a veinticuatro cuartos el cuartal... (4) que los pobres padecen grandemente y claman con publicidad..." Ante cuadro tan desolador el visitador adoptó como providencia que el corregidor y regidores aportaran cien ducados cada uno, a título de sanción, y con préstamos que requirió de los vecinos pudientes, reunió 24.000 reales para adquirir las mil fanegas que se consideraban precisas hasta la próxima cosecha (5).

En el medio consiste la virtud, porque del extremo opuesto se derivan también graves inconvenientes y situaciones comprometidas. Como no estaba bien organizada la exportación de trigo a otras provincias, una cosecha abundante bajaba los precios hasta el vilipendio, y siendo la más saneada renta de Medina las mil y pico cargas de trigo de sernas, en trances semejantes encontraba muy serias dificultades para el pago de salarios y censos. Así ocurrió, por ejemplo, el año 1586: "Esta villa tiene trigo que los la misericordia de Dios no se vende por no haber quien lo compre por el buen temporal y la abundancia que hay dello" En natural que en años tales vinieran también de otras regiones no favorecidas por los temporales en demanda del indispensable sustento, y así consta que sucedió en distintas ocasiones.

_________________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

139. - Años normales.-

HJasta aquí los hemos referido a circunstancias anormales enla administración del Pósito. Tratándose de remediar apremios y apuros individuales y no calamidades públicas, la benemérita institución se limitaba al anticipo de ciertas cantidades de grano, ora para sembrar, ora para el consumo, con obligación de reintegrarlas al Pósito, en trigo bueno, de dar a tomar, para Ntra. Sra. de Agosto, más dos cuartillos en cada fanega por razón de creces. La cantidad prestada el año 1612 ascendió a 6.636 fanegas, y los beneficiarios fueron 264, variando sus participaciones de quince a cien fanegas. En el quinquenio 1760-65, el promedio anual de trigo prestado bajó a 4636 fanegas, y el de 1790-95 subió a 6.226.

Hasta la guerra de la Independencia llevó el Pósito una marcha normal. Pasados los azares de las perturbaciones bélicas, tocavía siguió realizando idénticas operaciones, un tanto atenuadas. En 1830 encontramos haber prestado, solo en el periodo de sementera, 1767 fanegas, de las cuales, 1.082 a beneficiarios forastreros. Pronto iba a cesar el Pósito en su importante cometido, por culpa de los trastornos motivados por la guerra civil.

_________________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

(1) - V. Las Antiguas Ferias..., de Espelo y Paz, cap. I.

_________________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

(2) - La resolución impuesta fue menos piadosa con la propuesta por los priores, pero más ajustada a la ley y a la necesidad de conservar el Pósito, que era la suprema conveniencia. Claramente lo demuestra el auto de 27 de mayo de 1625 que resolvió análogo problema en estos términos: "En el Pósito hay trescientas cargas de trigo y respecto estar muy adelantada la cosecha y se espera sea grande y que el dicho trigo no esté bien acondicionado, ni de la bondad que conviene para su salida, por ser de dos y tres años y que si se trata de vender sería a moderado precio, según el valor que el presente tiene, de que resultaría muchas costas el dicho Pósito y vendría a consumirse y empeñarse en más cantidad de lo que está, por ser muchos los réditos del censo que sobre él está impuesto..., y respecto que los vecinos pobres son socorridos dándoselo en pan amasado para el alivio de sus necesidades, y pues gozan del beneficio es justa causa ayuden a la conservación y aumento del Pósito..., se acordó que las trescientas cargas se repartan entre los vecinos desta villa, y cada uno conforme a su posible, y lo hayan de volver en trigo nuevo, seco, limpio, de dar y tomar, bien acondicionado y medio para el día de Nuestra Señora de Agosto, puesto en las dichas paneras; y si alguno de los dichos vecinos no recibiere lo que le fuere repartido, se cumpla con dejarlo en sus puertas, tomando testimonio, y cada uno de los vecinos ha de pagar en dinero de contado el día que se lo entregue, un real por fanega para pagar las costas que se han de causar en medir y llevarlo a las casas y pagas réditos..."

_________________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

(3) - Libro de becerro de la Colegial, folio 195.

_________________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

(4) - El salario anual de un guarda rural, 6.000 mrs., equivalía a 62 cuarteles de pan, o 71, 875 kilos.

_________________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

(5) - Angustiosa fue también la situación en la primavera del año 1699. La cosecha anterior fue pésima y la provisión de trigo muy insuficiente para cubrir la más grave necesidad. Llegada la primavera y agotadas las provisiones, el hambre llamó con fuertes aldabonazos en muchos hogares. Así las cosas, acertaron a pasar que aquí, en los primeros días de junio, varias carretas con 700 fanegas del precio candeal. Los famélicos medinenses no resistieron a la tentación, y lisa y llanamente se las tomaron. El apuro de la villa fue mayúsculo cuando se enteró de que aquel trigo iba destinado "al abasto de la Real Corte de S. M." y en el Ayuntamiento del día seis acordó elevar humilde y suplicante representación al Real Consejo, excusándose de "no haber cooperado, como tal leal a su Rey, a semejante acción", y prometiendo "dar satisfacción en la manera que pueda del trigo que los populares hambrientos tomaron", para los cuales pedían perdón. Sí lo hubo, pero no para el corregidor que fue destituido y sancionado. Con caudales requisados a mayorazgos y causas pías pudo adquirirse alguna cantidad de centeno en Zamora y Ledesma para soportar la privación hasta la nueva cosecha.

_________________________________________________________________________Subir al inicio Subir al inicio

Anterior documento Anterior documento

Esta pagina está en constante actualización, diseñada para visualizar en 800 x 600 y superior, mantenida por Juan Antonio del Sol Hernández - MEDINA DEL CAMPO, -- Teléf. 696 42 68 94 -- 2002-2012